sábado, 19 de enero de 2013

Digresiones sobre Django Unchained



  • Me gustó bastante, diría que mucho. No tengo por Tarantino la simpatía natural que muchos le dedican. Siempre me molestó su frivolidad enciclopédica de freak de videoclub. No sé si es que con los años él ha mejorado, yo me he ablandado o ambas cosas, pero sus últimas obras me gustan más que las primeras. Dicho esto, Django Unchained me parece un pequeño paso atrás respecto de Inglourious Basterds. Pequeño.
  • En el plano del revisionismo histórico, DU es a la trata de esclavos lo que Basterds es al Holocausto. Un trabajo de demolición moral montado en el bastidor de un género clase B.
  • El problema es que, aún siendo una muy buena película, DU luce como un trabajo menor ante IB. Quizás porque el western spaghetti es un género mucho más protocolizado que el cine bélico, y deja menos espacio para la reinvención. Además, es a su vez la subversión (en los varios sentidos del término) de otro género igualmente pre-codificado. Menos espacio aún.
  • Todo la provocación que Tarantino se permite en el plano moral, la evita en el plano cinematográfico. La puesta de cámara, la luz, el vestuario, la música pagan peaje al género que homenajean, más allá del disparate evidente de las situaciones.
  • Donde brilla el mejor Tarantino es en los dos rubros que son su bastión habitual y por los que, creo, debería ser recordado: el diseño de personajes y los diálogos.
  • El mejor ejemplo del primer punto es el personaje de Samuel L. Jackson, un "negro negrero" de guante blanco y mucho más inteligente que su amo. El trabajo de Jackson muestra una compenetración mágica entre la concepción del personaje en el guión y su encarnación en la pantalla, una sintonía perfecta que está al alcance de muy pocas sociedades entre director y actor.
  • Grandes diálogos, sin alcanzar (qué pesado) la excelencia de IB, que debería ser vista como un estudio maestro del diálogo como forma de dominación. IB es una lista de pequeñas puestas en escena conversacionales, donde las palabras y los silencios son armas, y los idiomas y hasta los acentos son parte del combate. En DU la complejidad del montaje dialéctico se simplifica, tal vez porque Tarantino entiende que la realidad que tiene que describir es más simple. Pero el resultado por momentos parece una copia amateur de los giros de IB. Aún así, tanto para momentos de comedia como de drama, la fortaleza de los diálogos es admirable.
  • Por cierto: se quedó a gustito Tarantino con los cameos frikis en Django: Don Johnson, Franco Nero, Bruce Dern, Robert Carradine, Tom Savini, James Remar, él mismo...
  • La filmografia de Tarantino, con sus saltos de género, parece seguir una agenda pulp muy clara. Con DU, el único apartado que le queda por probar es la ciencia-ficción. ¿Será su próxima obra una de marcianos?




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