sábado, 25 de febrero de 2012

Digresiones sobre Shame

  • Shame es la historia de un metrosexual extremo: un irlandés ciudadanizado neoyorquino que practica obsesivamente todas las formas del sexo casual para disimular su incapacidad de sentir algo por los demás.

  • El personaje es una versión hardcore del Ryan Bingham de George Clooney en Up in the Air.

  • He leído que el director Steve McQueen es un "artista multimedia". No conozco su obra no cinematográfica ni he visto Hunger, su otro film, pero es fácil apreciar en Shame su cuidado sentido visual en la composición de cada cuadro. Solo esto ya hace que ver esta película merezca la pena.





















  • McQueen no es solo hábil con los planos fijos; hay par de travellings prodigiosos. Uno es una dramática sesión de footing nocturno por el centro de Manhattan, una pequeña maravilla de coordinación de cámara y producción, probablemente retocada digitalmente. Recuerda un poco a la carrera loca del protagonista de Mauvais Sang al compás del Modern Love de Bowie por las calles de París, aunque en un registro diferente. La otra es una cacería sexual por los pasillos y escaleras abarrotados de gente en el Metro de Nueva York. El nivel de realización de estas escenas parecía a priori reservado a blockbusters, y tiene mucho mérito no solo que sean realizables en el ámbito de un drama indie, sino que tengan un sentido dramático útil para la obra.

  • Se nota que McQueen elige con cuidado los temas de sus películas, buscando un desconcierto calculado. La huelga de hambre de un preso del IRA, el descenso al infierno de un adicto al sexo o (su nuevo proyecto) las desventuras de un negro secuestrado y esclavizado en los Estados Unidos a mediados del siglo XIX no son las elecciones obvias de un "artista multimedia" dispuesto a convertirse en director de cine.

  • Las actuaciones son de un nivel superlativo, pero el tema de la película las pone más allá de lo que La industria del cine estadounidense está dispuesta a digerir. Es curioso, porque como suele ocurrir con los filmes más provocativos, Shame es una obra profundamente puritana.

  • Carey Mulligan hace un cover escalofriante de New York, New York que es como una obra dentro de otra. No solo sorprende como cantante, sino por extraer valor de una canción totalmente agotada.

  • 1 comentario:

    Anónimo dijo...

    Magnífica película, magnífica digresión. Espectacular banda sonora casi tan importante como los planos de la película y los actores.